Desde
el colectivo feminista quieren denunciar la sumisión de carácter estético que supone para las mujeres tener que ajustar su cuerpo a una determinada talla de ropa para
así estar a la altura de lo que de ellas se espera. El próximo miércoles 28 de mayo la Coordinación feminista de Cuenca convocará una concentración en la calle Carretería en el cruce con Sanchez Vera a partir de las 19 h. con el fin de visibilizar uno de los grandes problemas de las mujeres occidentales: la talla.
La “talla” es la forma en la que se define uno de los sistemas de opresión más crueles ejercido contra las mujeres occidentales. En aquellos países donde algunos feminismos presumen de los logros alcanzados (al menos en materias legales), países del entorno desarrollado-industrializado donde se echan las manos a la cabeza ante las opresiones –más físicas y visibles- sufridas por mujeres en países del entorno islámico y de estados no inmersos en el mundo de la riqueza (mal repartida); en estos países donde algunas mujeres presumen de la libertad alcanzada, encontramos un método de tortura lento, cruel y aceptado: la talla. En efecto la sumisión estética es uno de los mayores logros que el patriarcado ha logrado sobre las mujeres (aunque no escapan hombres) al imponer un modelo artificial al que algunas mujeres aceptan aspirar e incluso se arriesgan a conseguir.
La talla en sí misma ha sido a lo largo de la historia una fórmula que ha permitido elaborar el vestido humano en función del cuerpo de cada cual, pero desde el siglo XX se ha convertido en un modelo de represión psíquica que logra atrapar la voluntad de muchas mujeres, que aún sintiéndose libres para ejercer un trabajo, una actividad, un modo de vid, se ven subyugadas a vestir tallas que la moda determina en función de un aspecto cada vez más andrógino, lo que pasa por una imposición mediática de formas femeninas contranatura, donde no están permitidos elementos propios de la biología de las mujeres: protuberancias, acumulaciones adiposas etc., que a su vez son necesarias para el normal desarrollo hormonal.
La talla como cárcel no solo genera en estas mujeres “libres” el desasosiego por no estar a la altura de las circunstancias físicas que se espera de ellas, sino que ha generado un problema de salud mental cuyas repercusiones físicas son tantas que han conducido a la muerte a muchas de ellas de forma directa por las consecuencias en el funcionamiento de sus órganos básicos como indirecta por suicidio. Según la OMS hay un 15% de personas afectadas por los trastornos alimenticios relacionados con las modas de los países desarrollados, de este índice un 90% son mujeres y este ha crecido en torno al 6% en los últimos diez años.
Resulta alarmante que el mundo de la moda, además, esté controlado por grandes “divos” masculinos del diseño, quienes marcan las formas más adecuadas que debe poseer “la mujer” singularizándola y por tanto arrebatando la libertad de disfrutar de su vida independientemente del cuerpo que posean de forma natural.
Desde la Coordinación feminista de Cuenca, en estos momentos del año, en el que muchas mujeres (de todas las edades) se someten a todo tipo de terapias para reducir sus tallas e intentar modificar el aspecto de sus cuerpos de cara al verano y en contadas ocasiones por motivos de salud, y entendiendo que estas prácticas no solo perjudican a la salud física sino también a la psicológica y por tanto redundan sobre libre elección de las mujeres respecto a sus cuerpos, queremos hacer un llamamiento a toda la sociedad para que deje de ser presa de la talla y reivindique la autosoberanía sobre los propios cuerpos, que rompamos las cadenas ficticias que nos atan a un modelo de mujer y para que así aprendamos a ser mujeres verdaderamente libres.